Las mujeres y el derecho a la ciudad

Las mujeres y el derecho a la ciudad

 

  1. INTRODUCCIÓN

 

El acceso a la ciudad es un derecho fundamental para todas las personas. Sin embargo, este derecho se ha visto limitado para las mujeres debido a la falta de seguridad en los espacios públicos y privados. Las mujeres han enfrentado y siguen enfrentando diversas formas de violencia en la ciudad, lo que limita su capacidad de participación activa en la vida urbana. Por esta razón, es crucial abordar la cuestión de la seguridad de las mujeres en la ciudad y así garantizar su derecho a la ciudad.

 

La seguridad de las mujeres en la ciudad es un tema crucial que debe ser abordado por los urbanistas y los servidores públicos. La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos y, por lo tanto, es un problema social y político de gran importancia. La falta de seguridad en la ciudad limita la capacidad de las mujeres para participar activamente en la vida pública, lo que a su vez afecta su acceso a servicios básicos como el transporte, la salud, la educación y el empleo.

 

Las mujeres tienen diferentes necesidades y demandas en la ciudad que deben ser abordadas en el diseño urbano y en la planificación de la ciudad. Es necesario incorporar la perspectiva de género en la planificación urbana para garantizar que las necesidades y demandas de las mujeres sean atendidas en igualdad de condiciones que las de los hombres. La inclusión de la perspectiva de género en el diseño urbano no solo garantiza la seguridad de las mujeres, sino que también mejora la calidad de vida de todas las personas en la ciudad.

 

La seguridad de las mujeres en la ciudad es un tema importante que debe ser abordado por los urbanistas y planificadores. La inclusión de la perspectiva de género en la planificación urbana y en el diseño de la ciudad es crucial para garantizar que las necesidades y demandas de las mujeres sean atendidas en igualdad de condiciones que las de los hombres. De esta manera, se puede garantizar el derecho de las mujeres a la ciudad y mejorar su calidad de vida en la ciudad.

 

Es a partir de esta incorporación, que se pueden identificar y abordar los factores que limitan el acceso y la seguridad de las mujeres en la ciudad. Por ejemplo, se pueden considerar las necesidades de transporte específicas de las mujeres, quienes a menudo tienen más responsabilidades de cuidado y pueden tener limitaciones de tiempo y de movilidad. También se pueden diseñar espacios públicos y edificios que promuevan la seguridad y el confort de las mujeres, como la iluminación adecuada, la presencia de vigilancia y la ubicación de los espacios públicos.

 

En razón de ello, en el presente artículo se aborda el derecho de las mujeres a la ciudad y su relación con su seguridad, esto permitirá analizar la situación de violencia a la que se enfrentan las mujeres diariamente en las ciudades, para de este modo, contribuir a la identificación de herramientas y estrategias efectivas para la implementación de la perspectiva de género. Ello debido a que se parte de la premisa de que la perspectiva de género en el urbanismo y particularmente en el diseño urbano constituye un factor que permite garantizar la seguridad de las mujeres, al mismo tiempo de contribuir en una mejor calidad de vida para las personas.

 

  1. EL DERECHO A LA CIUDAD Y LA SEGURIDAD DE LAS MUJERES

 

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat), el Derecho a la Ciudad es el derecho que tienen todas las personas para “habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar ciudades, pueblos y asentamientos urbanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, definidos como bienes comunes para una vida digna.” (ONU-Habitat, 2020)

 

De esta forma, el derecho a la ciudad también considera lo jurídico y los derechos de los habitantes de las ciudades como un aspecto imprescindible del todo. Por lo tanto, el derecho a la ciudad no es sólo el disfrute de los derechos humanos en la ciudad, sino que también propone nuevos derechos, principalmente colectivos (Baldiviezo, 2018).

 

El derecho a la ciudad implica también la perspectiva de una ciudad inclusiva en la que todos los habitantes, tanto permanentes como temporales, sean considerados ciudadanos y se les trate con igualdad. Aunado a ello, el derecho a la ciudad implica una ciudad que cuente con economías diversas e inclusivas que salvaguarde y asegure el acceso a medios de vida para las personas (ONU-Habitat, 2020).

 

En este mismo sentido, el derecho a la ciudad también implica una ciudad democrática en donde la voluntad de cada ciudadano tengan el mismo peso, puesto que la ciudad es el resultado del esfuerzo colectivo y no debe ser apropiada por persona jurídica pública o privada. Por lo tanto, si se entiende a la ciudad como un bien comunitario, es decir, un bien de todas las persnas, sus decisiones cotidianas no pueden ser tomadas por una sola persona o grupo de personas, sino que necesariamente debe incluir un proceso participativo y colaborativo en la toma de decisiones (Baldiviezo, 2018).

 

De acuerdo con Baldiviezo (2018), el derecho a la ciudad constituye un derecho colectivo que implica una ciudad inclusiva, democrática y sostenible en la que todos los habitantes tienen acceso a los bienes necesarios para una vida digna.

 

En este marco, uno de los componentes del derecho a la ciudad es una ciudad/asentamiento humano inclusivo, que adopte todas las medidas necesarias para combatir la discriminación contra las mujeres y las niñas en todas sus formas, y que además tome todas las medidas apropiadas para asegurar su pleno desarrollo, garantizarles la igualdad en el ejercicio y la realización de los derechos humanos, y una vida libre de violencia (ONU-Habitat, 2020).

 

Partiendo de lo anterior, el derecho a la ciudad no debe ser entendido por separado del concepto de seguridad de las mujeres, puesto que si no se puede asegurar el desarrollo pleno de las mujeres y niñas en las ciudades, al garantizarles entornos seguros, no podría hablarse de manera efectiva del acceso y ejercicio de ellas a dicho derecho. En este sentido, la seguridad de las mujeres en la ciudad es un aspecto fundamental del derecho a la ciudad, ya que las mujeres tienen derecho a sentirse seguras y cómodas en los espacios públicos y privados de la ciudad.

 

Sin embargo, la realidad es que las mujeres experimentan diferentes formas de violencia en la ciudad, que van desde el acoso sexual en el transporte público, hasta la violencia en el hogar. La violencia de género en la ciudad se produce en espacios públicos y privados, y se ve agravada por la falta de iluminación, la falta de transporte seguro y accesible, la falta de espacios públicos seguros y la falta de servicios de atención y apoyo para las víctimas.

 

El derecho a la ciudad y la seguridad de las mujeres están pues estrechamente relacionaods, y para garantizar a las mujeres su seguridad en y su derecho a la ciudad es necesario adoptar un enfoque integral que aborde tanto los aspectos físicos de la ciudad como las actitudes y comportamiento que perpetúan la violencia de género en la ciudad.

 

Para poder abordar la cuestión de la violencia contra las mujeres en espacios públicos, habría que abordar la cuestión de la violencia en un marco general, que de acuerdo con Encarna Bodelón (2014), para comprender la violencia de género debe tenerse en claro que esta se nutre de violencias institucionales, puesto que “no sólo incluye aquellas manifestaciones de violencia contra las mujeres en las que el Estado es directamente responsable por su acción u omisión, sino también aquellos actos que muestran una pauta de discriminación o de obstáculo en el ejercicio y goce de los derechos.”

 

De acuerdo con la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (ONU: Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), 2011), en su artículo primero define a la violencia de género como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública, como en la privada.”

 

Las mujeres y niñas sufren diferentes tipos de violencia sexual en espacios públicos desde comentarios y gestos desagradables de índole sexual hasta la violación y el feminicidio. El acoso sexual y otras formas de violencia sexual en los espacios públicos, tanto en entornos urbanos como rurales, son un problema cotidiano al que se enfrentan las mujeres y niñas en todos los países del mundo. Existen escasas leyes y políticas para prevenir y abordar este tipo de violencia (ONU Mujeres, s/f).

 

La violencia es una violación de los derechos humanos que afecta tanto a hombres como a mujeres, pero su impacto varía de acuerdo con el sexo de la víctima (Gómez Mieles & Román Cao, 2019, pp. 83–84). En el contexto de la región latinoamericana, la violencia contra las mujeres era un asunto privado hasta los años ochenta, y el estado no intervenía. Actualmente, resulta imprescindible investigar cuáles son los principales territorios donde se produce la violencia de género en espacios públicos para poder potenciar nuevos estudios y acciones (Gómez Mieles & Román Cao, 2019).

 

Es necesario determinar el nivel de percepción sobre la violencia de género en el espacio público que poseen las mujeres, con la finalidad de generar una información estadística específica que sirva para orientar políticas públicas y proyectos dentro de los territorios.

 

  1. FACTORES QUE AFECTAN LA SEGURIDAD DE LAS MUJERES EN LA CIUDAD

 

Para abordar el tema de la seguridad de las mujeres en la ciudad, es fundamental identificar los factores que influyen en la percepción de inseguridad y la vulnerabilidad que sienten las mujeres en su entorno urbano. Estos factores son diversos y se relacionan con aspectos sociales, culturales, urbanísticos, arquitectónicos y ambientales.

 

Entre los factores que afectan la seguridad de las mujeres en la ciudad se encuentran la violencia sexual y el acoso en espacios (ONU Mujeres, s/f, 2020). Esta realidad reduce la libertad de circulación de las mujeres y niñas, limita su capacidad de participar en la educación, el trabajo y la vida pública, además de que dificulta su acceso a servicios esenciales y el disfrute de actividades culturales y recreativas, afectando negativamente a su salud y su bienestar.

 

Para abordar este problema, ONU Mujeres ha trabajado en la iniciativa global Ciudades Seguras y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas (Ciudades Seguras) para la consideración de diversos actores, incluidos los gobiernos y autoridades locales, el sector de transporte público. Además, reconoce que la violencia contra las mujeres y niñas ocurre en un continuum que va desde espacio privado al público(ONU Mujeres, 2020).

 

La violencia de género constituye de esta forma un factor determinante en la percepción de inseguridad de las mujeres en la ciudad. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (ONU Mujeres, 2015, p. 18), el 35% de las mujeres en todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual en algún momento de su vida.

 

Otro factor importante es la falta de iluminación en calles y espacios públicos. La oscuridad puede crear una sensación de vulnerabilidad y miedo en las mujeres, especialmente en zonas con alta incidencia de delitos. La falta de iluminación también dificulta la identificación de situaciones de riesgo, como la presencia de personas sospechosas o la existencia de obstáculos en la vía pública.

 

La distribución y accesibilidad de los espacios públicos también influyen en la percepción de inseguridad de las mujeres en la ciudad. La presencia de espacios abandonados o degradados, así como la falta de mantenimiento de los mismos puede generar sensación de inseguridad. Además, la distribución de estos espacios puede limitar el acceso de las mujeres a ellos, especialmente en horarios nocturnos.

 

El transporte público es otro factor que influye en la percepción de inseguridad de las mujeres en la ciudad. La falta de seguridad en las estaciones paradas, así como en los vehículos, puede generar una sensación de vulnerabilidad y miedo en las mujeres. Además, la ausencia de medidas para prevenir y abordar el acoso sexual en el transporte público es un problema grave que afecta a muchas mujeres en todo el mundo.

 

Finalmente, la falta de participación y representación de las mujeres en los procesos de planificación urbana es un factor que influye en la percepción de inseguridad y vulnerabilidad de las mujeres en la ciudad. La falta de perspectiva de género en la planificación y diseño urbano puede generar entornos hostiles para las mujeres, lo que a su vez puede aumentar su vulnerabilidad ante la violencia y el acoso sexual.

 

En consecuencia, la percepción de inseguridad y la vulnerabilidad de las mujeres en la ciudad están influenciadas por una serie de factores, que incluyen la violencia de género, la falta de iluminación en espacios públicos, la distribución y accesibilidad de los espacios públicos, el transporte público y la falta de perspectiva de género en la planificación urbana. Para abordar estos problemas, es necesario implementar políticas y medidas específicas que promuevan una ciudad más segura e inclusiva para las mujeres.

 

  1. CASOS DE ÉXITO EN LA INCORPORACIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN EL DISEÑO URBANO Y LA PLANIFICACIÓN URBANA

 

La incorporación de la perspectiva de género en el diseño urbano y la planificación urbana es un tema de creciente importancia en todo el mundo. A continuación, se presentan algunos casos de éxito en la implementación de esta perspectiva en diferentes regiones.

 

En América Latina, las ciudades de Rosario y Buenos Aires en Argentina, se ha destacado por un compromiso con la inclusión de la perspectiva de género en la planificación urbana. La ciudad ha implementado un enfoque participativo en la elaboración de políticas públicas y proyectos urbanos, en el que se ha promovido la participación activa de mujeres y otros grupos excluidos. Un ejemplo de éxito es el programa “Rosario sin acoso”, que ha trabajado en la prevención y el abordaje del acoso sexual en el espacio público (Iñiguez, 2022; Rainero et al., 2006).

 

En Europa, la Ciudad de Viena, en Austria, ha sido pionera en la incorporación de la perspectiva de género en la planificación urbana. La ciudad ha desarrollado una política de igualdad de género en la que se establecen directrices y criterios para la elaboración de proyectos urbanos, y se ha creado un equipo de expertos en género para asesorar en la implementación de estos proyectos. Un ejemplo de éxito es el proyecto “Vienna Women’s Route”, que ha creado una ruta turística por la ciudad que destaca los lugares de importancia histórica para las mujeres (Chalaby, 2017).

 

En Asia, la ciudad de Quezon, en Filipinas, ha implementado una política de género en la planificación urbana que ha incluido la creación de espacios seguros y accesibles para las mujeres. La ciudad ha desarrollado un sistema de transporte público seguro y eficiente que incluye rutas especiales para mujeres y niñas, así como la instalación de baños públicos seguros y accesibles para todas las personas (ONU Mujeres, 2017).

 

Estos son sólo algunos ejemplos de éxito en la incorporación de la perspectiva de género en la planificación urbana. Cada vez son más las ciudades y gobiernos que se comprometen con la igualdad de género y la seguridad de las mujeres en el espacio público, y es importante seguir promoviendo y difundiendo estas iniciativas para lograr ciudades más inclusivas y seguras para todas las personas.

 

Después de revisar los casos de éxito en la incorporación de la perspectiva de género en el diseño urbano y la planificación urbana a nivel local e internacional, podemos identificar algunas lecciones aprendidas y buenas prácticas:

  1. Participación ciudadana: La participación ciudadana es un elemento clave para garantizar que las necesidades y preocupaciones de las mujeres sean tomadas en cuenta en la planificación urbana. Esto se puede lograr a través de reuniones comunitarias, talleres, consultas públicas y encuestas en línea. La participación activa de las mujeres en el proceso de toma de decisiones asegura que su voz sea escuchada y que se les brinde una oportunidad para proponer soluciones que satisfagan sus necesidades.
  2. Planificación basada en datos: La recopilación de datos es fundamental para identificar las necesidades y preocupaciones específicas de las mujeres en relación con la seguridad urbana. Los datos sobre la seguridad en las calles, el transporte público, la iluminación, el acceso a servicios públicos y la ubicación de las rutas seguras son importantes para desarrollar planes y estrategias efectivas que aborden las preocupaciones de las mujeres. La planificación basada en datos también permite monitorear el progreso y la efectividad de las iniciativas de seguridad.
  3. Diseño inclusivo: La inclusión de la perspectiva de género en el diseño urbano es crucial para garantizar que las mujeres puedan moverse libremente y sentirse seguras en la ciudad. El diseño de espacios públicos inclusivos, con iluminación adecuada, calles anchas y transitables, rutas seguras y accesibles para personas con discapacidad, así como la ubicación de servicios y tiendas cercanos, puede mejorar significativamente la seguridad y la calidad de vida de las mujeres.
  4. Colaboración interinstitucional: La colaboración entre distintas instituciones, tales como gobiernos locales, organizaciones de la sociedad civil, empresas privadas y la academia, puede aumentar la efectividad de las iniciativas de seguridad urbana. El establecimiento de alianzas y la asignación de roles y responsabilidades claros son clave para asegurar el éxito de las iniciativas.
  5. Evaluación constante: La evaluación constante de los programas y estrategias de seguridad urbana permite identificar fortalezas y debilidades, así como oportunidades de mejora. El monitoreo de impacto de las iniciativas y la retroalimentación de la comunidad son importantes para ajustar y mejorar los programas de estrategias.

 

En suma, la incorporación de la perspectiva de género en el diseño y la planificación urbanos puede mejorar significativamente la seguridad y la calidad de vida de las mujeres en la ciudad. La participación ciudadana, la planificación basada en datos, el diseño inclusivo, la colaboración interinstitucional y la evaluación constante son elementos clave para garantizar el éxito de las iniciativas de seguridad urbana.

 

  1. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

 

El derecho a la ciudad es una cuestión fundamental para garantizar la seguridad de las mujeres en los espacios urbanos, hecho que no sólo brinda un beneficio para estas, sino para la sociedad en su conjunto. Las mujeres enfrentan numerosas barreras para acceder a los servicios y recursos necesarios para su desarrollo personal y profesional, así como para moverse libremente sin miedo en las ciudades.

 

La planificación urbana y el diseño deben tomar en cuenta la perspectiva de género para garantizar que las necesidades de las mujeres sean atendidas y para crear espacios realmente inclusivos y seguros para todas las personas.

 

Las buenas prácticas incluyen la incorporación de la participación ciudadana en el proceso de planificación, la creación de espacios públicos accesibles y seguros, la promoción de transporte público y no motorizado, y la inclusión de servicios básicos como la iluminación, los servicios de salud y la educación.

 

Es fundamental que las autoridades y los urbanistas trabajen en conjunto con sociedad civil para lograr la igualdad de género en las ciudades. La Agenda 2030 de la ONU proporciona un marco importante para la acción, pero se requiere de la implementación de políticas y programas efectivos y sostenibles a nivel local e internacional. La seguridad y el derecho a la ciudad son responsabilidad de todos y todas, y es nuestra obligación trabajar juntos para crear ciudades más justas e inclusivas para todas las personas.

 

El enfoque debe ser el de diseñar y construir para las personas, que tengan como eje transversal la perspectiva de género. Es decir, no hablar específicamente de ciudades para las mujeres o de ciudades feministas, sino de ciudades que desde su diseño contemplen una perspectiva de diseño universal que incluya la perspectiva de género, puesto que la prioridad son las ciudades para las personas, y no las personas para las ciudades.

 

  1. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

Baldiviezo, J. E. (2018, mayo 28). ¿Qué es el Derecho a la Ciudad? Observatorio del Derecho a la Ciudad. https://observatoriociudad.org/que-es-el-derecho-a-la-ciudad/

Bodelón, E. (2014). Violencia institucional y violencia de género. Anales de la Cátedra Francisco Suárez, 48, 131–155. https://revistaseug.ugr.es/index.php/acfs/article/view/2783/2900

Chalaby, O. (2017, agosto 23). Cómo Viena diseñó una ciudad para mujeres. apolitical. https://apolitical.co/solution-articles/es/viena-disenado-mujeres-de-la-ciudad

Gómez Mieles, V., & Román Cao, E. (2019). La violencia de género en los espacios públicos. Una mirada desde la Universidad Manabita. Atenas, 1(45), 83–92. https://redalyc.org/journal/4780/478058273006/478058273006.pdf

Iñiguez, A. (2022, julio 31). Urbanismo con perspectiva de género: 7 lineamientos para el diseño de espacios públicos en Buenos Aires. ArchDaily México. https://www.archdaily.mx/mx/985265/urbanismo-con-perspectiva-de-genero-7-lineamientos-para-el-diseno-de-espacios-publicos-en-buenos-aires

ONU-Habitat. (2020, febrero 24). Componentes del Derecho a la Ciudad. ONU-Habitat. https://onuhabitat.org.mx/index.php/componentes-del-derecho-a-la-ciudad

ONU: Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer (CEDAW). (2011). Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). INMUJERES. http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/100990.pdf

ONU Mujeres. (s/f). Crear espacios públicos seguros que empoderen a las mujeres y las niñas. Recuperado el 29 de marzo de 2023, de https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/creating-safe-public-spaces

ONU Mujeres. (2015). Un marco de apoyo a la prevención de la violencia contra la mujer. https://www.unwomen.org/sites/default/files/Headquarters/Attachments/Sections/Library/Publications/2015/A-framework-to-underpin-action-to-prevent-violence-against-women-es.pdf

ONU Mujeres. (2017). Ciudades Seguras y Espacios Públicos Seguros INFORME DE RESULTADOS GLOBALES. https://www.unwomen.org/sites/default/files/Headquarters/Attachments/Sections/Library/Publications/2017/Safe-Cities-and-Safe-Public-Spaces-Global-results-report-es.pdf

ONU Mujeres. (2020). Creando Ciudades y espacios públicos seguros para mujeres y niñas durante y después del COVID-19 en América Latina. https://doi.org/10.26633/RPSP.2019.26

Rainero, L., Rodigou, M., Pérez, S., Gráfico, D., & Giobellina, B. (2006). Herramientas para la promoción de ciudades seguras desde la perspectiva de género (CISCSA). https://huairou.org/wp-content/uploads/2015/12/CARATULAHERRAMIENTAS.pdf

 

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