“Me quedo con los que sí”… No es mero empoderamiento, es tema de respeto

El dolor de una extranjera en México es haber conocido “las venas abiertas de la Puebla mexicana”… luego de haber sobrevivido a intentos de secuestro, calumnias e injurias, me doy cuenta de la misoginia generalizada. No espero que me pidan perdón, yo ya he ido perdonando simplemente porque entendí de bondad en medio de la desolación, y “me quedo con los que sí”…

Crecí estudiando en una ciudad que aparenta lujo y bienestar, sin embargo, la ciudad de más iglesias en el mundo es también la ciudad de más bares y moteles activos en cada media noche, pues la trata es algo que tristemente se ha estado normalizando. El problema ya no es sólo quien maneja y permite este tipo de negocios sino quien los consume, pues si no hubiera consumidores “no hubiera producción”; por lo que me queda claro que, de entrada, he sobrevivido a una serie de antivalores que corrompen cada día a hombres y mujeres que promueven una Sodoma y Gomorra, y a la vez celebran la impunidad diaria en cuanto a derechos humanos.

Luego de meses de terapia y de dejar atrás muchas decepciones y dolores, me quedo “con los que sí”. Conocí caballeros en esa ciudad, y no eran de mentira, varios de ellos aún son mis amigos, por lo que hasta el sol de hoy me quedo con los que sí accionan bien, y sigo viendo el vaso medio lleno, porque creo más en la Puebla de los Ángeles que en la de los demonios, simplemente, porque lo viví, y en este escrito, más que hablar de mujeres que deben respetarse y empoderarse (que debe de ser así), me gustaría hablar de que hay hombres y mujeres maravillosos en esa tierra guadalupana que sí construyen.

Me quedo con los que sí te abren la puerta al salir del carro y al entrar a un lugar, sin que ello sea patriarcado sino amabilidad, me quedo con los que sí se preocupan porque llegues y estés bien sin que eso signifique control, me quedo con los que sí devuelven el cambio y dan propina porque entienden que el “otro” o la “otra” es respetable y sagrado, me quedo con los que sí hacen conciencia de las debilidades y problemas humanos y sienten compasión y empatía, con los que les duelen las injusticias y su acción diaria dice que desean cambiarlas. Me quedo con los que le dan de comer a los niños que ponen a vender en las calles, y con los que en navidad llevan mantas a los que viven en la calle. Me quedo con ellos porque a ellos también los viví… A los que te prestan el baño no para encerrarte en él si vas de visita (ojo con eso, vayan al baño en sus casas y eviten pedir baños de visita en Puebla) sino para que te sientas atendid@ y bien servid@ en casa ajena. Me quedo con los que sí… con esa gente que sí vale la pena porque aunque parecen pocos, conocí a muchos, y son muchos, pero hacen poco ruido…que tiemble el mal de vez en cuando, al menos yo doy fe que los buenos sí existen, y no sólo existen, sino que particularmente en Puebla son muchos…Agradecida con la tierra que me vió desarrollarme como mujer, quedémonos con los que sí, que yo me atrevo a decir que los buenos y los que queremos un mundo diferente somos más.

Luz Marina Manzano

Asesora y Capacitadora de Líderes.

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