“Hablar parece fácil, abres la boca, sacas sonidos de tu interior, y al momento el mundo te entiende, el maleficio se rompe. Pero sólo es fácil cuando entiendes qué está ocurriendo. Yo pensaba que me lo había buscado, que podía haberlo evitado; en el fondo, muy en el fondo me lo merecía. Cómo iba a Hablar? Qué iba a decir? Pero ahora me oís, porque no sé quién es el culpable. Pero sé que no soy yo”. Sentada frente a la Inspectora, -que necesitamos por miles-, la alcaldesa suplente se decide a denunciar fue víctima de filtración de un video dónde está en un acto sexual. No sabía que la grababan. Y no cuento más porque no voy a spoilear la nueva miniserie de Netflix que lleva por nombre INTIMIDAD. Sólo voy a decir que no todas las mujeres corren con la misma suerte de Marlen, que pueden contarlo, como queda constatado desde el principio de la serie.

El internet ha revolucionado la humanidad. Hoy se capta al segundo cualquier cosa desde un movil y se lanza a un sinfín de cuentas en el tiempo que se necesita para darle “enviar”. Por desgracia hay nuevos delitos aprovechando estos sistemas; el sexting es uno de ellos y consiste en la publicación sin consentimiento, de fotos, grabaciones o videos de desnudos o actos sexuales, incluso simulados, afecta a las mujeres, y cada vez más a adolescentes. Los videos teniendo sexo o las fotos desnudas, pensando que ahí quedará todo, en la intimidad, y luego el fanfarroneo, el despecho, la burla, la extorsión, incluso el robo del celular, y luego la crisis existencial de las víctimas que puede llevarles a sufrir trastornos emocionales como la depresión, impotencia, soledad, humillaciones, burlas, desfase de sus vidas, e incluso el suicidio.

Pero no solo este delito lo perpetran ex parejas o amigos de las víctimas. También se hace sin que las víctimas se den cuenta o tengan conciencia del hecho. Otro aspecto del delito es el enganchamiento desde las redes a chicos y chicas por parte de pederastas. Primero les embaucan y luego les amenazan darlo a conocer a sus padres y así sigue la extorsión y la crisis psicológica de estas víctimas.

Desde que un caso salió a la luz pública por parte de una víctima que se atrevió a denunciarlo y tomar las riendas de su reclamo exigiendo justicia, no quitó el dedo del renglón y sobretodo tuvo empatía entre las diputadas, es que en México se comenzó a reformar las leyes locales para configurar este delito de naturaleza penal y poder sancionar a los victimarios y a quienes difunden ese material ilegal. Esta ley se le conoce con el nombre de esa víctima Olimpia.

En este mismo Diario, el Sol de México, a finales de octubre del año pasado, se informaba que sólo había una condena por sexting en el estado de Chihuahua, frente a 2143 casos denunciados en 18 estados con la Ley Olimpia. Dónde está el problema? En las carpetas de investigación, que no transitan a su judicialización. Los obstáculos quedan inscritos en el documento del encuentro de la Organización colectiva Luchadoras en conjunto con el Observatorio de Violencia de Género en Medios con mujeres sobrevivientes de la violencia digital: “Tiene que ver con las fallas y carencias del proceso de investigación y un apoyo especializado de contención emocional, la remoción de contenidos y la denuncia y dada de baja de los perfiles de los agresores”. Las víctimas deben saber que nunca es su culpa.

Con autorización de la Autora.

Compartir:

Facebook
Twitter
Pinterest
LinkedIn