Marcela Lagarde se pronunció en favor de una política que genere conciencia entre la comunidad y se le dote de recursos ideológicos, jurídicos y judiciales
Las universidades desempeñan un papel central para erradicar la discriminación y eliminar la violencia, principalmente contra niñas y mujeres. Y es que estas instituciones de educación superior como espacios del conocimiento y el pensamiento son en sí mismas, pacifistas, aseguró la antropóloga y feminista Marcela Lagarde y de los Ríos.
Las universidades también pueden proponer lo mejor para sus sociedades, dijo, y reconoció que actualmente ya trabajan en redes para impulsar políticas de género, a fin de erradicar la violencia contra mujeres y jóvenes en los espacios académicos.
Al ofrecer la conferencia La violencia contra las mujeres y cómo erradicarla, organizada por el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) , Lagarde y de los Ríos señaló que aún hay violencia contra mujeres y entre hombres en los campus, por lo que se pronunció en favor de una política que genere conciencia entre los universitarios y se les dote de recursos ideológicos, jurídicos y judiciales en torno a dicha problemática.
“Ya formados en la perspectiva de género estos universitarios pueden contribuir a capacitar funcionarias y funcionarios que por ley tienen que aplicar políticas de igualdad y que no lo hacen porque ni siquiera las conocen”, añadió.
Quien del año 2000 al 2003 fundó y presidió la Comisión Especial para Conocer y dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana y a la Procuración de Justicia Vinculada, insistió en que se debe continuar en el proceso de capacitación para poder satisfacer el reclamo social y la exigencia de que todo lo que se cree –proyectos, propuestas, organizaciones–tenga perspectiva democrática de género, es decir, perspectiva feminista.
Recalcó: “Necesitamos asumir que eliminar la discriminación y erradicar la violencia implica una gran convergencia de grupos, de partidos políticos, de profesionales y agrupaciones civiles que se sumen a esta causa, que no sientan que no les toca. Nos toca a todo el mundo porque todas las mujeres vivimos en situaciones de constante peligro”.
Para eliminar la violencia, agregó, se requiere enfrentarla de manera estructural, integral e interdisciplinaria. Implica también una actividad propositiva, promovente, vigilante, para lograr que cada vez más mujeres tengan conciencia crítica de género y puedan prevenir incluso ataques posibles, con montajes de teatralizaciones para violentarlas.
“Todo hecho de placer puede terminar, peligrosamente, en violencia. Y todo hecho de cariño puede albergar –en ocasiones– hechos violentos. A veces, sin darnos cuenta, estamos viviendo violencia o permitiendo que otras mujeres y niñas vivan violencia. No podemos permitir que siga esa sangría”, expresó.
Quien fue diputada federal en la LIX legislatura de la Cámara de Diputados, y junto con otras legisladoras y legisladores redactó y promovió la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de 2007, y la inclusión del delito de feminicidio en el Código Penal federal y códigos penales locales, señaló que la violencia feminicida no son sólo los crímenes de odio, sino también el acoso y el hostigamiento sexual, entre otras acciones.
Además, la violencia política contra las mujeres es también un problema de la democracia y de derechos humanos, finalizó Marcela Lagarde.