El abuso de la ignorancia

Desde la creación del IFE en 1990, después de los rumores que cubrieron la elección de 1988 hasta el día de hoy,  las distintas modificaciones y reformas a la Ley Electoral  para establecer topes a los gastos de campaña, nuevas atribuciones al Instituto electoral a fin de homologar los procesos electorales federales y locales, para garantizar la democracia social y que la autoridad asegure condiciones de “equidad y civilidad” en las campañas tanto en el uso de espectaculares (carteles), como en la difusión de radio y tv, además de hacer más trasparentes los procesos de organización y el otorgamiento de mayores atribuciones al INE, tienen al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a sus corcholatas, a los partidos políticos y al Frente Amplio por México metidos en un proceso que muy probablemente terminará en los tribunales.

La realidad es que esta situación,  provocada por los propios partidos políticos, particularmente por Andrés Manuel López, en su propósito de frenar al PRI, y de el gobierno que para tenerlos en paz les decían a todo que si, es como llegamos a una sobre regulación y a una simulación generalizada.

En esta simulación generalizada ahora además nos encontramos con un escandaloso abuso de los mercaderes de la política, y con el hecho de que hasta el encuestador en lugar de vender un diagnóstico vende pronósticos. De esta manera la ignorancia de quienes aspiran a un cargo de elección popular, medios de comunicación, líderes de opinión, y hasta el propio Presidente de la República comienzan a creer en el pronóstico. Así empezamos a suponer que el termómetro (la encuesta) sirve para un estudio de tomografía, rayos X, o para diagnosticar un cáncer. No.

El termómetro solo es termómetro, y sirve para medir la temperatura del momento, no la de la próxima semana, ni que dentro de un año vas a tener cáncer. Las encuestas sirven para diagnosticar el efecto de las acciones o decisiones tomadas, nada más. Luego llegan los publicistas y les dicen a los aspirantes que los va a poner guapos, que con eso van a ser muy populares y conocidos y que eso es suficiente para conseguir los votos que necesitan, y de repente vemos por todos lados candidatos peinados y uniformados como si fueran repartidores de BIMBO.  Así aparece el mercadeo de la política, producto del abuso de la ignorancia.

Entonces ya nadie se preocupa por la gente. Todos andan buscando dinero para simular lo que no son; líderes sociales, políticos, conocedores de la sociedad, etc. Por cierto, en el caso de Morena el abuso de la pobreza y la publicidad ha sido todavía mayor. En contraste a la experiencia de Andrés Manuel López Obrador que no utilizó para llegar a la Presidencia el dispendio de espectaculares (carteleras), i.) porque no tenía el recurso y ii) porque además no creía en ello. Pero hoy tolera que sus corcholatas tengan miles de espectaculares y bardas pintadas a lo largo y ancho del país. Actualmente, el posicionamiento de Morena se basa exclusivamente en el derroche de recursos públicos, porque es claro que por la forma en que gastan el dinero, el recurso no es de ellos. Son los recursos del Estado Mexicano.

Lo terrible de esto es el poco valor que le dan a los recursos públicos, por eso vemos alrededor de los partidos políticos y candidatos los intereses de proveedores que simulan servicios que dicen son para obtener votos, cuando en realidad no consiguen hacer que la gente salga a votar, ahí tenemos el ejemplo más reciente en el Estado de México, donde claramente los votos obtenidos fueron por la movilización de los propios partidos políticos, ya que  el 52 por ciento de los electores mexiquenses no salieron a votar, a pesar de la publicidad y mensajes en redes sociales con los que nos inundaron durante la campaña. Otro claro ejemplo es el del PRD,  quien está a punto de perder el registro porque le apostó a la publicidad y ha venido desmembrado todas sus estructuras locales.

Al mismo tiempo, cuesta trabajo creer que no se le permita a un ciudadano común y corriente decir dos años antes de la elección que aspira a ocupar un cargo de elección y ponerse a trabajar, a hablar con la gente y a entender su entorno. Porque el marco jurídico electoral se lo impide, porque toda la legislación está hecha por los partidos políticos para proteger sus intereses, porque en su primera fase la legislación se hizo para frenar al PRI, ese fue el discurso de López Obrador durante 18 años. Ahora que le toca estar en el poder ya no le gusta la regulación, porque su visión es “Hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”.

¿Hay alguna esperanza?

Sí, si la hay, pero hay que empezar de cero y con los ciudadanos, ya que es la única parte en todo este embrollo que no está descompuesta. Debe construirse un mecanismo que los soporte, los oriente y les diga que sí y que no. 

El Frente Amplio por México (a diferencia de Va por México) está compuesto por un factor externo que es la sociedad civil. De repente por la crisis partidista nos encontramos que la sociedad irrumpió, bueno, hasta su representación en el FAM se hizo mayoría, son 7 representantes de la sociedad civil, más 6 de los partidos políticos, y los 7 son profesionales que se han dedicado a regular a los partidos.  Esta es una gran oportunidad para hacer un cambio. Pero debemos abrirles una ventana para que comiencen a formar a los ciudadanos, ya que por primera vez en la historia tenemos a la ciudadanía activa, pero hay que facilitar el acceso de ésta a los procesos políticos.

Mientras tanto, el FAM  además de regular la selección del candidato presidencial debe estar visualizando desde ya al resto de las candidaturas concurrentes en la elección del 2024, como se van a preparar, como le van a ganar a los candidatos de Morena que traen presupuesto público, subsidios a la población, la fuerza pública, y en algunas zonas del país incluso al crimen organizado.

Tienen que considerar que hay que capacitarlos, porque en 2024 la única forma de competir contra el dinero que trae Morena será la inteligencia. Por ello la oposición y el FAM se tienen que preparar. Sus aspirantes tienen que saber distinguir que si y que no es verdad, para que no les vendan espejitos diciéndoles que los harán conocidos, sin embargo esto no necesariamente se refleja en votos, y no es suficiente.

Iniciar el proceso de un cambio histórico a partir de la formación política de los ciudadanos, es lo único que nos va a permitir un verdadero desarrollo político que de una vez por todas acabe con la simulación en la que todos nos vemos envueltos. 

¿Tenemos o no tenemos solución?

Es pregunta.

@MarthaGtz

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