Uno solo es lo que es Y anda siempre con lo puesto Nunca es triste la verdad Lo que no tiene es remedio

Debanhi puede significar, en el contexto que vivimos: “todas las víctimas”. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio, dice el poeta Serrat pero esta verdad que vivimos sí que es triste. Sí que apachurra el corazón, sí que se instala como impotencia y dolor permanente en el alma, sí que se queda a vivir con nosotras, las mexicanas y nuestras familias, las que siempre estamos en riesgo, no importa la edad, condición social, o convicciones personales.

Una autopsia es un examen médico del cuerpo de una persona muerta. Lo que el médico encuentra puede responder muchas preguntas acerca de las causas de la muerte del cuerpo analizado.

  • El camposanto en que se ha convertido el territorio mexicano merece que admitamos que el sistema de prevención del delito, procuración e impartición de justicia ha muerto y necesita con urgencia una autopsia.

Ya ni decir el número de mujeres faltantes provoca siquiera a quienes toman decisiones levantar las cejas; han perdido completamente la compasión, la motivación para evitar el dolor evitable desde sus posiciones de poder, han olvidado que quienes nos faltan fueron seres humanos con anhelos y sueños, con ilusiones de vivir a plenitud, que dejaron tras su ausencia el perenne recordatorio de que México es un pésimo lugar para intentar ser mujer independiente, libre, productiva, pues atreverse a salir de fiesta, a vestirse como a una le de la gana, a decir “no”, es cuasi condena a morir, a ser violada y torturada por quienes aun creen que los cuerpos femeninos son objetos que pueden ser tomados, usados, maltratados y extinguidos por el solo hecho de haber nacido hombre, ser violento y creerse dueño de vidas ajenas.

Es ya impostergable quitar la atención a la conducta de las víctimas y sus allegados para dejar de culparles por dejar a la amiga en la fiesta o en la oficina, da igual, por no cuidarse solas, por no vivir siempre en estado de alerta. ¡Basta!, ya se llegó al límite. Se debe como sociedad entera condenar a quien lo merece: a los victimarios y, especialmente, al Estado Mexicano.

La autopsia debe hacerse al sistema que sigue menospreciando, minimizando, anulando lo que vivimos las mujeres mexicanas; este sistema podrido que no entiende nada, que valora mas el formalismo judicial que la vida, que antepone la apariencia de la figura política de los tlatoanis sobre la urgencia de corregir de fondo la política pública de seguridad, que prefiere resguardarse bajo el manto de los procedimientos burocráticos que atreverse a dar real protección a la sociedad.

La autopsia debe ser al sistema de investigación sin valores humanos y a la corrupción e incompetencia de quienes investigan, al sistema judicial que vende exámenes para el otorgamiento de plazas, que es nepotista y cómplice, que obliga a jueces a devolver el favor de estar.

¿En dónde viven los gobernadores y las gobernadoras de este país? ¿a qué dedican el presupuesto? Sépanse que no hay nada mas importante que la vida e integridad de sus gobernados, que una carretera sirve si une vidas, que un hospital no es otra cosa que una herramienta para evitar el dolor de una madre o un padre que sin éste mirará sufrir y morir a un o una hija, que un parque no tiene sentido si las niñas y niños no pueden jugar sin el sempiterno riesgo de ser secuestrados para ser víctimas de trata, de cárteles de droga o tráfico de órganos.

Quienes ganaron el voto ciudadano tienen la obligación de cumplir con guardar y hacer guardar el estado de derecho. ¡Efectúen segunda, tercera y cuanta autopsia se necesite para determinar las causas de la muerte del tejido social, de la armónica convivencia y de la procuración e impartición de justicia! No son los cuerpos sin vida de las mujeres los que huelen mal en una cisterna, lo que verdaderamente apesta es el sistema muerto, putrefacto y quienes lo sostienen. Debanhi, fue el Estado.

El camposanto en que se ha convertido el territorio mexicano merece que admitamos que el sistema de prevención del delito, procuración e impartición de justicia ha muerto y necesita con urgencia una autopsia.

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